Un imparcial Vista de Luz y guía en la Biblia
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Su sufrimiento fue un acto de aprecio supremo que nos ofrece la oportunidad de ser perdonados y reconciliados con Dios.
A los ricos de este siglo mándales que no sean altivos, ni pongan su esperanza en las riquezas, las cuales son inciertas, sino en el Dios vivo, que nos da todas las cosas en profusión para que las disfrutemos (1 Ti 6:17).
Es momento de rezar por todos aquellos que sufren, especialmente por los azotados a causa de la pandemia del COVID-19 que ha enlutado a tantas familias en el mundo.
Hablaremos más acerca de la soberanía de Dios más adelante en la clase, pero basta para opinar que un estímulo que recibimos en medio del sufrimiento, un «ancla del alma» como señala el autor de Hebreos, es que Dios no se sorprende por el sufrimiento y él no comete errores.
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La importancia de tener confianza en Dios es crucial para comprender la enseñanza de «valencia más allá de cualquier cosa en este mundo».
La continuación de predicar el evangelio en medio del sufrimiento asimismo nos recuerda la importancia de la comunidad y el apoyo mutuo entre los creyentes.
Si tienes alguna pregunta o duda sobre este tema, no dudes en dejar un comentario y con capricho te responderemos.
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En Mateo 10:28, Jesús dice: «No temas a aquellos que matan el cuerpo, sino a quien tiene poder para arrojar al averno. No es de más valor un cabellito de tu comienzo delante Dios». Esto nos enseña que no debemos tener miedo a los seres humanos que pueden matar nuestro cuerpo, sino temer a Dios y su proceso imperecedero.
Y la esperanza no quedará defraudada, porque el aprecio de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo, que nos ha sido poliedro.
La esperanza en él nos libera del miedo al futuro y de la incertidumbre. Sabemos que nuestro Dios es bueno, nos conoce y podemos fiarse en que nos topará la fortaleza necesaria para enfrentar las dificultades que nos traiga la vida (Nahum 1:7).
Diez ángeles en el gloria retuercen sus manos, cubren sus rostros, retuercen sus cuerpos y abren sus bocas en silenciosa pena. Los hombres se muestran asolados por la pena, sus rostros reflejan expresiones serias y desoladas.
“A estos Dios quiso alcanzar a conocer cuáles son las riquezas de la cielo de este intriga entre los gentiles, que es Cristo en ustedes, la esperanza de la salvación” (Colosenses 1:27)